Convertirte en profesional de la administración significa que a lo largo de la carrera, habrás de satisfacer y alcanzar cierta cantidad y variedad de competencias. Bien visto, sea cual sea la carrera que hayas decidido estudiar, siempre verás que con ella se persigue alcanzar una manera de ser y de actuar. En el caso del administrador, se espera que alcance una formación sólida y que el profesional de la administración tenga el empeño de continuar formándose de por vida.
El licenciado en administración tiene frente a sí una considerable cantidad de retos frente a los que deberá estar preparado para entender y resolver. Su preparación universitaria debe capacitarlo para encontrar las respuestas a la mayor parte de los inconvenientes que puedan salirle al paso durante su desempeño laboral. Su perfil profesional tiene que alcanzar los más altos estándares que la profesión ha ido conformando durante el proceso de su constitución y configuración.
El proceso de tu formación bien puede iniciarse con tu ingreso a la carrera de Ingeniería en Administración de empresas mención Gestión Empresarial. Si necesitas saber en cuál institución puedes ingresar para alcanzar este fin, debes saber que la Universidad de San Sebastián goza de un sólido prestigio. En ella vas a obtener todos los conocimientos y habilidades que necesitarás y te harán capaz de desempeñarte con total seguridad y probidad.
La formación del profesional de la administración
El profesional de la administración (como en todas las profesiones) debe ser una persona competente, que maneje con solvencia los conocimientos que hacen al oficio. Pero además, debe estar acompañado de principios éticos robustos y bien instituidos para así poder desempeñarse con eficiencia, integridad y honestidad. Debe ser capaz de prestar sus servicios y ejercer su profesión con la solvencia necesaria y la rectitud que se espera de un profesional comprometido.
Sus conocimientos deben abarcar todas las áreas relacionadas con toda buena, sana y eficiente administración de empresas. Esto significa que debe ser capaz de manejarse en diversos aspectos como la elaboración y desarrollo de proyectos, la administración de recursos incluyendo los humanos. Asimismo, debe poner en ejercicio sus habilidades para la organización y coordinación de los procesos productivos y de mercadeo en beneficio de la empresa para la que trabaja.
¿Cuál es el perfil que debe caracterizar a un profesional de la administración?
Una persona que se precie de ser un profesional de la administración debe reunir en sí todo un conjunto de cualidades y competencias muy especiales. Tales cualidades y competencias deben acreditarlo para el cumplimiento de las funciones que le son encomendadas y de las cuales es el responsable absoluto. En gran medida, el administrador es la cabeza visible de muchas de las actividades que se llevan a cabo en una empresa.
La cualidad fundamental que debe poder demostrar el administrador ideal, son sus condiciones para el liderazgo, para dirigir el trabajo de un determinado contingente de personas. Tales condiciones guardan una relación muy estrecha con sus capacidades para una comunicación fluida y efectiva con los trabajadores que estén a su cargo. No se trata de “mandar u ordenar” sino de saber comunicar sus proyectos a quienes tendrán el encargo de hacerlos efectivos y completarlos.
Por otro lado, una cualidad esencial del perfil de un administrador es la de ser proactivo, creativo e innovador. Se trata en todos los casos, de saber cómo encarar cada situación que se le plantee y desarrollar además, los modos de resolverlas con eficacia. En este tipo de situaciones, sus habilidades para la organización, dirección y coordinación de las actividades, se convierten en otras de sus responsabilidades más significativas. El perfil de un administrador suele ser muy alto.
Más allá de su condición de líder de su organización…
El profesional de la administración no solo debe dirigir y coordinar muchas de las operaciones que se desarrollan en una empresa. Con esta función está evidenciando su formación científico técnica y así debe ser, sin embargo, su perfil profesional le impone ir más allá. Su trabajo se lleva a cabo con personas y está dirigido a personas, en consecuencia parte de su formación debe estar relacionada con las humanidades. El hombre y la sociedad son en buena medida, sujetos de su trabajo.
En el administrador se conjugan diversas cualidades que hacen de él un profesional integral. Como ha sido dicho, debe tener una sólida formación teórica y práctica en términos de las particularidades de su oficio. Sin embargo, es necesario que igualmente, sea capaz de desplegar sus capacidades de trabajo con el resto de las personas, es decir, de trabajar en equipo. Tendrá que poner en práctica habilidades que hacen de vaso comunicante con el entorno en el que se mueve.
Detalles del perfil del profesional de la administración
- Disposición analítica: la actitud del profesional de la administración debe permitirle realizar análisis eficaces que le conduzcan a la resolución de problemas eficientemente. Debe ser capaz de entender, interpretar e interactuar con la variedad de situaciones con las que está constantemente relacionado. Al mismo tiempo, debe ser capaz de impulsar en los trabajadores el desarrollo de una actitud similar y acorde con la suya.
- Promotor de innovaciones: un eficiente administrador, debe ser capaz igualmente de promover la implantación de nuevos modelos de organización empresarial. El radio de su actuación debe abarcar y comprender, las necesidades e intereses tanto de la pequeña como de la mediana y gran empresa. Esta exigencia lo pondría en la situación de recrear los términos dentro de los que se mueve cualquier tipo de empresa.
Como puedes ver, el trabajo de un profesional de la administración puede llegar a ser muy complejo. Sin embargo, no es imposible de satisfacer para una persona que haya sido formada en la Ingeniería en Administración de empresas mención Gestión Empresarial. Tú puedes adquirir las competencias que se requieren ingresando a la Universidad de San Sebastián, una institución en la que el logro de la excelencia es el norte que orienta sus actividades educativas.